
Siguen pasando los días y las semanas, y la mayoría seguimos trabajando en casa. Hemos querido decir que estamos en un momento de home office, si bien creo que hay muchas diferencias entre el home office y trabajar desde casa por una pandemia, empezando porque es un home office compartido con el resto de nuestros seres queridos, incluidos los más chicos con sus coles, y eso, en muchos casos, se que lo está haciendo más complicado.
En cualquier caso, nuestro trabajo lo desarrollamos a distancia, en remoto, y sin la atenta supervisión de un jefe. Y esto se puede ver desde dos perspectivas: aquellos que piensan que han ganado en autonomía, dejando atrás la supervisión estricta y el control; y aquellos que echan de menos la instrucción, la posibilidad de acercamiento a otros para tomar una decisión y, muchas veces, la mano ajena de la que recibimos una solución. Esa doble perspectiva que nos enfrenta a un problema de dependencia o nos acerca a un espacio de autonomía y auto-gestión.
Y aquí yace ya una primera reflexión, ¿desde dónde estamos observado la situación?, ¿quizá sí estamos echando de menos esa supervisión más cercana o, por el contrario, nos sentimos cómodos en una necesaria auto-gestión?
Ser autónomo, supone poder tomar por uno mismo decisiones, asumiendo su responsabilidad, y requiere de capacidad, habilidad y actitud. Saber y tener los conocimientos y herramientas sobre lo que voy a decidir (capacidad); tener las destrezas para poder ejecutar esas decisiones (habilidad); y la voluntad y predisposición para llevarlas a cabo (actitud). Supondrá, por parte de los líderes, de haber formado y capacitado a sus equipos para esa toma de decisiones; mientras que, por parte de cada uno de nosotros, poner en marcha nuestras capacidades, conocimientos y, sobre todo, una mentalidad de accountability.
Me gusta entender que ser accountable significa no sólo dar cuenta de nuestros resultados, sino también implica adquirir un firme compromiso, sentirnos responsables y protagonistas de hacer que las cosas sucedan y los resultados se den, hacer nuestros esos resultados, y ser proactivos en su búsqueda.
Hoy, sin lugar a dudas, es nuestro momento de prueba: como líderes, para saber si hemos desarrollado en los demás esa mentalidad de autoexigencia y autonomía; y, para cualquier persona, para reconocer y explorar en nosotros mismos cómo desarrollar nuestra propia autonomía. Es nuestro momento para demostrar que podemos aportar sin que nos lo pidan: que valemos, queremos y podemos; es el tiempo de mostrar nuestro talento, y adelantarnos, sugerir y proponer ideas, soluciones, alternativas; es el momento de hacer ver que somos más que responsables y que vamos a por todas, que tenemos ganas, ilusión y pasión por hacer bien las cosas.
Como en todos los grandes equipos, en alguna ocasión te has podido sentir en la banca, y ver cómo jugaban otros. Hoy, todos estamos en la cancha de nuestra responsabilidad individual. Todos estamos jugando. Depende de ti cómo vas a correr de rápido, cómo vas a gestionar tus fuerzas y recursos, cómo vas a jugar la pelota y cómo vas a defender los intereses de tu equipo.
Esa sensación de protagonismo es lo que va a definir tu mentalidad de accountability. Y, con el ánimo de indagar y extender esa mentalidad, permíteme resumir hoy su desarrollo en estos cinco puntos:
1. Ownership: Desarrollar nuestro sentimiento de propiedad y pertenencia. Los objetivos son nuestros, la tarea, es nuestra tarea, la responsabilidad de los resultados, es nuestra. La empresa, la compañía y el equipo, por supuesto, están para apoyarnos, pero nosotros somos los dueños de nuestra parcela.
2. Propositivos: Frente a la queja o el foco en lo que no funciona, hemos de hacer especial énfasis, más en estas circunstancias, en nuestras propuestas de cómo sí hacer para que funcione. Ser capaces de ofrecer y tener la confianza para expresarnos y proponer soluciones a situaciones a las que aún es difícil de adaptarse.
3. Límites: Si hablamos de compromiso, hemos de tener claro que no nos podemos comprometer a cualquier cosa o decir que sí a cualquier compromiso. Comprometernos con todo es comprometernos con nada. Hemos de ser asertivos para poner límites y definir, o ayudar a definir prioridades, para también tener un balance de vida.
4. Proactividad. Si ser propositivos y centrarnos en las soluciones es una necesidad mayor en estos días de mayor autonomía, adelantarnos, en vez de esperar a que alguien levante la mano, será una consecuencia necesaria para asumir esa responsabilidad y hacer que las cosas sucedan. Y sucederá, siendo proactivos, gracias también a nosotros.
5. Experimentar. Todos estamos en diferentes situaciones de incertidumbre, no tenemos todas las respuestas y las soluciones que nos gustaría, y menos a la mano. Eso nos obliga a tener iniciativa, y experimentar con nuevas opciones. Probar, arriesgarnos, ser creativos, no será una opción si queremos liderar y ser capaces de ejercer nuestra autonomía.
Hoy, especialmente estos días de incertidumbre, es tiempo de valientes. Valientes que asumen, con coraje, la responsabilidad de sus propias decisiones. Tienes, tenemos, un enorme campo de pruebas para ejercer nuestra responsabilidad. El reto es aceptarla; el desafío, practicarla; el éxito, demostrarla. Ahora, debe ser tu momento.
Jeff Bezos es uno de los hombres más ricos del mundo, pero esa no es la parte más importante de esta historia, quiero contarte cómo es que obtuvo esa gran fortuna: 1 arriesgo , 2 entregó tiempo y dedicación, 3 invirtió dinero para hacer su sueño realidad y 4 aceptó reinventarse para emprender el cambio y forjar la vida que quería.
Por si no lo ubicas, Jeff Bezos es el fundador y director de Amazon. Él comenzó su carrera como ingeniero eléctrico, era evidente su interés por la informática y las facilidades que ofrece la tecnología; sacó provecho de sus conocimientos e interés para reinventarse y creó su primer negocio, la librería en línea llamada cadabra.com, un sitio que le abrió las puertas del e-commerce transformándose en el portal más importante para compra y venta por internet.
Esa gran idea de Jeff, de facilitar a las personas la compra de libros ha pasado de 2 mil visitantes diarios a millones de personas realizando compras desde la comodidad de su hogar. ¿Resolvió un problema de la sociedad? Sí, ¿cambió su vida? También, ¿valió la pena reinventarse? Te aseguro que su respuesta es sí.
Como te habrás dado cuenta, la vida está constantemente lanzando desafíos en nuestro camino, y esto aplica para todos, esto significa que nos encontramos con distintos momentos para reinventarnos y emprender el cambio, la diferencia está en quién se da cuenta y quién acepta el reto de reinventarse. Hay que verlo como una oportunidad, no como un temor que nos paraliza.
Los desafíos que te menciono pueden surgir cuando experimentamos grandes cambios, como dejar nuestro trabajo, terminar una relación, mudarnos a otro país o a un nuevo hogar, así como perder a un ser querido. Debes saber que si estás pasando por un cambio importante en tu vida te corresponde buscar y encontrar nuevas maneras de pensar y hacer las cosas, solo al arriesgar puedes alcanzar todo tu potencial.
Cada vez más las personas se atreven a dejar sus viejas y poco felices vidas, a cambio de reinventarse, basta con capacitarse para perseguir tus pasiones y encontrar un renovado entusiasmo por tu vida, créeme que esperar sentado la buena suerte no es la clave.
Para ayudarte a ubicarte en tu mejor momento, donde quiera que estés en tu vida, aquí tienes algunos pasos fáciles y consejos prácticos sobre cómo reinventarte a ti mismo. Antes de embarcarte en este viaje de auto-reinvención, asegúrate de tener todo lo necesario para que el viaje sea lo más fluido posible.
Estas son las tres palabras claves que te doy:
Resistencia
Los problemas y los obstáculos están garantizados; en el camino nos topamos con situaciones livianas o difíciles, ambas pueden desviarte del curso de tu rutina; lo importante es que aprendas de ello y nunca pierdas la concentración, después de todo siempre hay que levantarse.
Soporte
Aunque es importante que aprendas a confiar en ti mismo cuando enfrentas cualquier desafío, también es importante contar con un equipo de apoyo en el que puedas apoyarte para darte un empujón cuando las cosas se pongan demasiado difíciles, las personas en las que confías fácilmente pueden aconsejarte y corregirte cuando cometas errores.
No lo dudes, los grandes negocios vienen en pares: Bill Gates y Paul Allen, de Microsoft; Steve Jobs y Stephen Wozniac, de Apple; Larry Page y Serguéi Brin, de Google.
Autoconocimiento
Desarrolla una nueva imagen hecha a la medida de tu nueva meta. Recuerda que vale la pena para alejarte de esas viejas zonas de confort, hábitos, roles y autopercepciones. Al principio puede ser tan difícil como patear un vicio, pero una nueva imagen de ti mismo siempre te recordará por qué estás tratando de cambiar, manteniendo la vista hacia dónde vas.
Una vez que tengas bien definidos los pasos anteriores, dónde estás y a dónde quieres llegar, puedes comenzar tu viaje de reinvención.
Reinventarse y emprender el cambio es importante porque necesitamos adaptarnos a las nuevas exigencias del mundo moderno. Considera el hecho de que el acceso a los recursos es cada vez más fácil; el auge de las universidades en línea especializadas, las plataformas educativas y las comunidades de profesionales son un ejemplo de que la transferencia de conocimientos se ha simplificado. Al volverse asequibles, no solo nosotros podemos aprovecharlos sino millones de personas, por ello es necesario mantenernos en constante capacitación, para poder enfrentar el mundo y sus cambios.
Recuerda que algo que no es flexible es fácil que se rompa, eso incluye a los seres humanos.
Reinvéntate ahora que sientes que ya es momento.
Luis siempre fue uno de los jóvenes más inteligentes de su clase. Al parecer había tenido un gran desempeño en su carrera, pero cuando ve a algún conocido, nota que algunas personas que no tenían un gran desempeño como el, lo han superado o han logrado más en muchos aspectos. A veces Luis se pregunta: «¿Qué estoy haciendo mal?»
¿Te suena familiar? Es posible que te sientas identificado con Luis, o que tengas un conocido que lucha con sentimientos similares. La inteligencia es, sin duda, un gran activo, pero no lo es todo. Y a veces, cuando las personas dotadas intelectualmente no logran todo lo que quisieran, es porque se están saboteando sutilmente.
Puede que te encuentras en esta situación, pero, la buena noticia es que cuando comprendes estos puntos débiles puedes cambiarlos. Aquí hay cinco puntos con los cuales puedes empezar a trabajar:
1. Las personas inteligentes a veces devalúan otras habilidades y se concentran demasiado en el intelecto. Las personas muy inteligentes a veces creen que su éxito es inevitable debido a su intelecto, y no consideran que otras habilidades sean importantes. Por lo tanto, no invierten tiempo y esfuerzo en desarrollar estas habilidades.
Estos puntos de vista no salen de la nada. La mayoría de las personas tienen una tendencia natural a querer sacar provecho de sus fortalezas y, por el contrario, preferirían evitar pensar en áreas en las que no son naturalmente tan fuertes.
En la mayoría de los lugares de trabajo, se necesita más que inteligencia pura para salir adelante. Y el solo centrarse en tu mayor fortaleza, en lugar de abordar tus debilidades, tiende a ser un auto-sabotaje.
Solución: Usa tus fortalezas para superar tus debilidades. Si eres bueno aprendiendo, simplemente puedes aprender las habilidades que no son tan naturales para ti.
2. El trabajo en equipo puede ser frustrante para personas muy inteligentes. Cuando alguien capta conceptos rápidamente y tiene altos estándares para su propio desempeño, puede tener dificultades cuando trabaja con otras personas que tardan más en procesar la información y entender conceptos.
A las personas inteligentes a veces también les resulta difícil delegar debido a la sensación de que pueden hacer mejor una tarea (independientemente de si esto es realmente cierto). Esto es debido a que tienden a ser perfeccionistas.
Solución: Se compasivo con tus reacciones internas y trata de comprender de dónde vienen, pero también aprende a apreciar genuinamente lo que diversas mentes aportan a un equipo.
3. Las personas inteligentes a menudo atribuyen gran parte de su autoestima a ser inteligentes, lo que puede disminuir su resiliencia. Si gran parte de tu autoestima se basa en tu inteligencia, puede ser muy difícil estar en situaciones que revelen brechas en tu armadura. Cualquier situación que provoque sentirse no inteligente es experimentada como altamente amenazante. La persona inteligente puede incluso tratar de evitar esas situaciones, lo que finalmente frena a la persona.
Solución: Toma una visión objetiva de los beneficios de trabajar con personas que, en algunos aspectos, son más inteligentes que tú. Si te estás rodeando de gente inteligente, estás haciendo algo bien. Recuerda, el hierro afila el hierro.
4. Las personas inteligentes se aburren fácilmente. Ser inteligente no es exactamente lo mismo que ser curioso, pero si tienes estas dos cualidades, es posible que te aburras fácilmente. Algunos tipos de éxito provienen de la creatividad, pero otros vienen de convertirse en un experto en un ámbito y realizar un conjunto de comportamientos repetidamente. Si eres inteligente, curioso y te encanta aprender, es posible que descubras que pierdes el interés rápidamente en cualquier cosa una vez que lo hayas descubierto.
Solución: Intente tener una visión diferente para tolerar un poco más el aburrimiento. En lugar de intentar un cambio dramático, comenzar por tolerar períodos cortos (unos pocos minutos u horas) de aburrimiento podría tener un impacto muy beneficioso.
5. Las personas inteligentes a veces tienen un pensamiento profundo y reflexionan mucho en como dar solución a cada problema. Las personas brillantes están acostumbradas a tener éxito a través de sus habilidades de pensamiento, pero a veces pueden pasar por alto cuando un enfoque diferente sería más beneficioso.
Solución: Date cuenta cuando un pensamiento se convierte en una obsesión enfermiza. Considera otras estrategias que pueden tener más probabilidades de resultar exitosas. Amplía tu gama de habilidades para llegar a la información de manera que no seas la persona que ve cada problema como un clavo porque su única herramienta es un martillo. Finalmente, cuando te encuentres atorado en un pensamiento negativo, interrumpe todo y enfócate en algo distinto. Esta puede ser una estrategia sorprendentemente efectiva para salir del pensamiento negativo.
¿Con cuál de estos cinco patrones te identificas más? ¿Tienes algún conocido que parecen caer en estas trampas?
Hay una vieja broma sobre un turista que le pregunta a un neoyorquino sobre cómo llegar a la famosa sala de conciertos Carnegie Hall y el neoyorquino le dice: “Practica, practica, practica”. Obviamente, este es un buen consejo si quieres convertirte en un artista de clase mundial. – Pero también es un buen consejo si quieres convertirte en un líder de primer nivel.
Durante un año HBR (Harvard Business Review), realizó una investigación en la cual entrevistaron a más de 40 líderes exitosos de grandes corporaciones, nuevas empresas y organizaciones sin fines de lucro para conocer sus opiniones sobre lo que se necesita para convertirse en un líder.
Dicha investigación ha demostrado que la mejor manera de desarrollar competencia en el liderazgo no es solo leyendo libros y asistiendo a cursos de capacitación, sino aún más a través de la experiencia real y la práctica continua.
Tomemos como ejemplo el caso de Dominic Barton, quien se desempeñó como Director General Global de McKinsey & Company desde 2009 hasta 2018. En su entrevista con HBR, reflexionando sobre su propio desarrollo como líder, no citó programas educativos ni libros que había leído, sino que describió varias experiencias de «aprender haciendo» que darían forma a su exitosa carrera.
La investigación de HBR también señaló seis habilidades de liderazgo donde la práctica era particularmente importante. Estos no son misteriosos y ciertamente no son nuevos. Sin embargo, los líderes con a los que se entrevistó enfatizaron que estas habilidades fundamentales realmente importan. Los líderes aspirantes deben enfocarse en practicar estos conceptos básicos esenciales:
- Formar una visión que sea emocionante y desafiante para tu equipo.
- Convierte esa visión en una estrategia clara sobre qué acciones tomar y qué no hacer.
- Recluta, desarrolla y recompensa a un equipo de grandes personas para llevar a cabo la estrategia.
- Céntrate en resultados medibles.
- Fomenta la innovación y el aprendizaje para sostener a tu equipo (u organización) y hacer crecer nuevos líderes.
- Dirígete a ti mismo: conócete, mejora y administra el equilibrio adecuado en tu propia vida.
No importa dónde se encuentre en tu carrera, puedes encontrar oportunidades para practicar estas seis habilidades. Tendrás diferentes grados de éxito, lo cual es normal. Pero al reflexionar sobre tus éxitos y fracasos en cada paso, y obtener comentarios de colegas y mentores, seguirás haciendo ajustes positivos y encontrarás más oportunidades para aprender. Otra investigación publicada en HBR muestra lo importante que puede ser esta reflexión para mejorar: descubrieron que los trabajadores pudieron mejorar su propio desempeño en un 20% después de pasar 15 minutos al final de cada día escribiendo reflexiones sobre lo que hicieron bien, lo que hicieron mal, y sus lecciones aprendidas. Los líderes a menudo tienen un sesgo de acción que evita que retrocedan de esta manera, pero es la reflexión sobre su práctica la que lo ayudará a mejorar.
No esperes a que se te den oportunidades de aprendizaje. Búscalas y ofrécete como voluntario para encargarte de ellos. Y si no ves las oportunidades en tu propia organización, encuéntralas fuera de tu trabajo profesional en un grupo comunitario o una organización sin fines de lucro, que a menudo están ansiosas de que los líderes intervengan.
Finalmente, a medida que progreses, alcanzarás un alto nivel de capacidad de liderazgo, de manera que comenzarás a ver resultados: lograrás que las cosas sucedan a través de las personas que colaboran en tu equipo de trabajo. A medida que tengas éxito, estos resultados comenzarán a acumularse unos a otros: supervisarás un nuevo proyecto que se convertirá en un éxito incontrolable o te hará cargo de una iniciativa de transformación que redefine un mercado importante. Cada vez más personas querrán trabajar contigo. Los clientes preguntaran por ti. Serás invitado a representar a la compañía en las principales conferencias de la industria. Ya sea que utilices este impulso para guiar una nueva iniciativa o para comenzar tu propia empresa, habrás comenzado a generar un gran impacto. Te habrás convertido en un líder, capaz de reunir a una organización de personas en torno a un objetivo colectivo significativo y entregar los resultados para alcanzarla.
Los hábitos son la base de quiénes somos como persona y como profesionales. Somos el producto de nuestros hábitos cotidianos, y elegimos todos los días si queremos mejorar, mantener la excelencia o contribuir a nuestro propio descontento. Pero primero debemos ser conscientes de los malos hábitos, para que podamos tomar las medidas necesarias para cambiarlos.
Aquí hay 13 malos hábitos que son fáciles de justificar en el momento, pero que son dañinos a largo plazo:
Tomarse las cosas de manera personal
Cuando atribuyes cada interacción que una persona tiene contigo a cómo se sienten acerca de ti, es agotador y la mayoría de las veces no es correcto. Lo más probable es que no se trata de ti, y no estás ayudando a la situación al tomarlo de manera personal. No tomar las cosas en forma personal te ahorrará mucho estrés y tensión innecesaria.
Aferrarse al pasado
El pasado es lo que es, no hay utilidad para guardar rencores o enojarse. La única persona a la que estás afectando al aferrarte al pasado eres tú. Así que deja que las cosas se vayan, si no es por ellos, entonces por ti.
Siempre estar revisando el correo electrónico y las redes sociales
Si alguien tiene que esperar un par de horas para recibir un correo electrónico, entonces esperará. El mundo no terminará, así que relájate.
Estar constantemente preocupado
Preocuparse no resuelve el problema. Si algo está fuera de tus manos, entonces está fuera de tus manos y no tiene sentido preocuparse por eso. Si hay algo que puedas hacer al respecto, deja de preocuparte y toma medidas. Preocuparse es un desperdicio de energía, concéntrate en lo que puedes controlar.
Negatividad
Si eres negativo, no eres parte de la solución, eres parte del problema. No solo estás agotando tu energía, estás agotando la energía de tus colegas, la energía del lugar de trabajo, la energía de tus amigos y familiares, etc. No es productivo, así que intenta enfocarte en lo positivo.
Dormir demasiado
Dormir demasiado no aumenta tu energía, ni crea reservas de energía, ni te hace estar más presente cuando estás despierto. Tiene el impacto opuesto, dormir demasiado te hace letárgico. Una vez dicho esto, asegúrate de dormir lo suficiente ya que es un importante contribuyente a tu salud y energía.
Dieta pobre
Si estás comiendo demasiada azúcar, carbohidratos y grasas trans estás simplemente consumiendo energía que no es tan buena. Se cuidadoso con lo que comes, come alimentos sanos, como vegetales, proteínas magras y grasas saludables.
Quejarse
Al quejarte no solo estás proyectando negatividad, sino que estás molestando a las personas a tu alrededor. Nadie quiere estar cerca de una persona que se queja de todo. No seas parte del problema, se parte de la solución, la gente no quiere escuchar tus quejas. Haz algo productivo en su lugar.
Ser un pasajero de tu vida
Ser pasajero de tu propia vida y carrera te hace sentir como si no estuvieras siguiendo tu propia vida. Aprovecha el control y ponte en el asiento del conductor. A nadie le importará más tu vida y tu carrera que a ti, de modo que si no estás contento, toma el control y cambia el rumbo de tu vida.
Pensando demasiado
Una vez que hayas reflexionado y tomes una decisión, mantente firme. Pensar demasiado es generalmente improductivo y solo crea estrés innecesario. Pensar demasiado no crea un mejor resultado, solo drena tu energía mientras estás ejecutando una decisión difícil, lo cual no es bueno para ti.
Chismes y drama
Discutir y crear drama no ayuda para avanzar y construir mejores relaciones con tus colegas y amigos. Estás desperdiciando energía en algo que probablemente no tiene nada que ver contigo y que no es de tu incumbencia. No gastes energía discutiendo sobre otras personas, o tratando de hacer tu vida más difícil causando drama. Pon esa energía en tu mejora personal.
Tratar de complacer a los demás
Nunca complacerás a todos, así que lo mejor es complacerte a ti mismo. ¿Estás feliz y orgulloso de quién eres? Eso es todo lo que importa, si a algunas personas no les gustas cuando estás en tu mejor momento, ese no es tu problema, eso es de ellos.
La mayoría de los líderes trabajan duro para ser efectivos y desempeñar bien sus labores. Pero incluso los mejores pueden caer en diversos hábitos que los detienen y pueden costarles muy caro.
Es por eso que a continuación te comparto algunos de los errores más dañinos que como líder puedes estar cometiendo:
Sensación de omnipotencia. Un sentido inflado de autoimportancia puede conducir a una serie de problemas: al entablar relaciones, al crear confianza e incluso a mantener competitiva a la organización. En el mundo de hoy, se debe confiar en el consenso y la propiedad compartida en lugar de un punto de vista individual, incluso el propio. Una de las bases del liderazgo es la humildad.
Moverse demasiado rápido. Los negocios se mueven rápido, y algunas veces las transacciones parecen suceder a la velocidad de la luz. Pero un ritmo que es demasiado rápido durante demasiado tiempo hace que sea imposible mantenerse al día y aumenta el riesgo de errores. Los mejores líderes saben cómo trabajar de manera eficiente y cumplir con los plazos, pero también saben cómo controlar su propio ritmo y el de su equipo, y ralentizar el proceso cuando necesitan más tiempo.
Pensar que todo tiene que ser perfecto. Cuando nos sentimos abrumados, nuestro primer impulso es recuperar el control, y para muchos líderes, eso significa tratar de ser perfecto. Pero el perfeccionismo es un estado mental peligroso en un mundo imperfecto de negocios y liderazgo, es un enemigo de la creatividad, la innovación y la efectividad.
Resolver los problemas de los demás. Las demandas y presiones sobre los líderes siempre se están expandiendo. Muchos líderes en lugar de ser visionarios de sus negocios, son una especie de bomberos, apagando incendios constantes, resolviendo conflictos. Como líder, tu trabajo es mejorar, crecer y expandir la organización y empoderar a las personas para apagar sus propios incendios.
Necesidad de saber todo. En los negocios, como en la vida, a menudo tenemos que trabajar en una niebla de incertidumbre. Si se exige absoluta certeza antes de actuar, evitarás los riesgos, pero son los riesgos los que nos llevarán a la grandeza. Cuando sigues haciendo lo que sabes en lugar de ser innovador y creativo, tú y tu organización pierden una ventaja competitiva.
Sintiéndose derrotado y abatido. Cada líder, no importa cuán hábiles sean o cuanta aptitud tengan, enfrentarán situaciones y circunstancias que los harán sentir impotentes. Es importante aprender a ser consciente de esa desesperación sin detenerse en ella. Los líderes necesitan comprender lo que sienten y, a veces, necesitan que les enseñen cómo dejarlo ir.
La mejor manera de no cometer estos errores fatales es ser consciente de ellos, gestionarlos, liderar desde dentro, aprender de las fallas y desarrollar estrategias para no repetirlas.