Todos somos vendedores:
Vendemos productos o servicios, vendemos ideas, vendemos nuestro trabajo..., cada vez que nos comunicamos, buscamos algo y, tratándose de clientes, buscamos que realicen su compra. Cuando nos enfocamos en qué estamos vendiendo, nos centraremos en contar las bondades del producto o servicio pero no necesariamente estaremos atentos a otras cuestiones como: ¿quién es el comprador?, ¿qué deseos y necesidades tiene?, ¿qué es lo que está esperando de esa compra? y aún más, ¿quién quiero ser yo como vendedor?
Cuando de la venta tratamos de hacer una experiencia, y una experiencia positiva, la magia de la relación entre vendedor y comprador facilitará ese proceso y ayudará a que nuestro cliente se sienta satisfecho para seguir con nosotros. Nuestra actitud será la clave de un proceso de atención, servicio y fidelización de nuestros clientes que buscarán de nuevo la confianza que les hemos brindado.