
Luis siempre fue uno de los jóvenes más inteligentes de su clase. Al parecer había tenido un gran desempeño en su carrera, pero cuando ve a algún conocido, nota que algunas personas que no tenían un gran desempeño como el, lo han superado o han logrado más en muchos aspectos. A veces Luis se pregunta: «¿Qué estoy haciendo mal?»
¿Te suena familiar? Es posible que te sientas identificado con Luis, o que tengas un conocido que lucha con sentimientos similares. La inteligencia es, sin duda, un gran activo, pero no lo es todo. Y a veces, cuando las personas dotadas intelectualmente no logran todo lo que quisieran, es porque se están saboteando sutilmente.
Puede que te encuentras en esta situación, pero, la buena noticia es que cuando comprendes estos puntos débiles puedes cambiarlos. Aquí hay cinco puntos con los cuales puedes empezar a trabajar:
1. Las personas inteligentes a veces devalúan otras habilidades y se concentran demasiado en el intelecto. Las personas muy inteligentes a veces creen que su éxito es inevitable debido a su intelecto, y no consideran que otras habilidades sean importantes. Por lo tanto, no invierten tiempo y esfuerzo en desarrollar estas habilidades.
Estos puntos de vista no salen de la nada. La mayoría de las personas tienen una tendencia natural a querer sacar provecho de sus fortalezas y, por el contrario, preferirían evitar pensar en áreas en las que no son naturalmente tan fuertes.
En la mayoría de los lugares de trabajo, se necesita más que inteligencia pura para salir adelante. Y el solo centrarse en tu mayor fortaleza, en lugar de abordar tus debilidades, tiende a ser un auto-sabotaje.
Solución: Usa tus fortalezas para superar tus debilidades. Si eres bueno aprendiendo, simplemente puedes aprender las habilidades que no son tan naturales para ti.
2. El trabajo en equipo puede ser frustrante para personas muy inteligentes. Cuando alguien capta conceptos rápidamente y tiene altos estándares para su propio desempeño, puede tener dificultades cuando trabaja con otras personas que tardan más en procesar la información y entender conceptos.
A las personas inteligentes a veces también les resulta difícil delegar debido a la sensación de que pueden hacer mejor una tarea (independientemente de si esto es realmente cierto). Esto es debido a que tienden a ser perfeccionistas.
Solución: Se compasivo con tus reacciones internas y trata de comprender de dónde vienen, pero también aprende a apreciar genuinamente lo que diversas mentes aportan a un equipo.
3. Las personas inteligentes a menudo atribuyen gran parte de su autoestima a ser inteligentes, lo que puede disminuir su resiliencia. Si gran parte de tu autoestima se basa en tu inteligencia, puede ser muy difícil estar en situaciones que revelen brechas en tu armadura. Cualquier situación que provoque sentirse no inteligente es experimentada como altamente amenazante. La persona inteligente puede incluso tratar de evitar esas situaciones, lo que finalmente frena a la persona.
Solución: Toma una visión objetiva de los beneficios de trabajar con personas que, en algunos aspectos, son más inteligentes que tú. Si te estás rodeando de gente inteligente, estás haciendo algo bien. Recuerda, el hierro afila el hierro.
4. Las personas inteligentes se aburren fácilmente. Ser inteligente no es exactamente lo mismo que ser curioso, pero si tienes estas dos cualidades, es posible que te aburras fácilmente. Algunos tipos de éxito provienen de la creatividad, pero otros vienen de convertirse en un experto en un ámbito y realizar un conjunto de comportamientos repetidamente. Si eres inteligente, curioso y te encanta aprender, es posible que descubras que pierdes el interés rápidamente en cualquier cosa una vez que lo hayas descubierto.
Solución: Intente tener una visión diferente para tolerar un poco más el aburrimiento. En lugar de intentar un cambio dramático, comenzar por tolerar períodos cortos (unos pocos minutos u horas) de aburrimiento podría tener un impacto muy beneficioso.
5. Las personas inteligentes a veces tienen un pensamiento profundo y reflexionan mucho en como dar solución a cada problema. Las personas brillantes están acostumbradas a tener éxito a través de sus habilidades de pensamiento, pero a veces pueden pasar por alto cuando un enfoque diferente sería más beneficioso.
Solución: Date cuenta cuando un pensamiento se convierte en una obsesión enfermiza. Considera otras estrategias que pueden tener más probabilidades de resultar exitosas. Amplía tu gama de habilidades para llegar a la información de manera que no seas la persona que ve cada problema como un clavo porque su única herramienta es un martillo. Finalmente, cuando te encuentres atorado en un pensamiento negativo, interrumpe todo y enfócate en algo distinto. Esta puede ser una estrategia sorprendentemente efectiva para salir del pensamiento negativo.
¿Con cuál de estos cinco patrones te identificas más? ¿Tienes algún conocido que parecen caer en estas trampas?