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marzo 22, 2023

Category: iniciativa

Líderes y Protagonistas del Cambio

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Jesus Gallego
miércoles, 13 junio 2018 / Publicado en iniciativa, liderazgo

Cuenta la leyenda que el rey de una lejana comarca recibió un buen día el obsequio de dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenase.

Al cabo de algunos meses, el rey pidió un informe al maestro certero acerca del entrenamiento de las valiosas aves. El maestro le informó que uno de los halcones respondía perfectamente al entrenamiento, pero que el otro no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día de su llegada.

El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie puedo hacer volar al ave. Entonces decidió encargar la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.

En un acto de desesperación, el rey decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una jugosa recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente frente a las ventanas de su palacio. El rey le dijo a su corte: “Traedme al autor de este milagro”. Su corte rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó: “¿Hiciste tú volar al halcón?, ¿cómo lo hiciste?, ¿eres mago?”
Intimidado, el campesino le dijo al rey: “No fue magia ni ciencia, mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló. Se dio cuenta que tenía alas y empezó a volar”.

Leía esta pequeña historia que cuenta Pedro Alonso, y pensaba en cuál sería mi rama. Ese lugar del que estoy dando por supuesto que trae lo mejor para mí o, al menos, me proporciona cierta seguridad, pero que también puede estar impidiendo que vuele, que me de cuenta de que en este aspecto y en aquel otro, puedo volar.

Tanto las personas como las organizaciones, diariamente nos enfrentamos a novedades, retos y aprendizajes, en el fondo, cambios, y cómo no sentirse incómodo, cómo no sentirse vulnerable.

Todos necesitamos de nuestras zonas de confort. Manejarnos desde lo conocido, desde nuestra zona cómoda, es una necesidad también para nuestro cerebro. Así, aprovechamos nuestra energía disponible en otras tareas que lo necesiten, y para las que debamos hacer un mayor esfuerzo, pero si es esa una tendencia de nuestro cerebro más primitivo, ¿no tendremos el peligro de caer a menudo y por sistema en el automatismo?

El ser humano se debate entre dos gigantescos valores: el de la seguridad y el de la libertad. Necesitamos sentirnos seguros, saber cómo funcionan las cosas, cómo movernos y actuar; y por otra parte, deseamos libertad para decidir, para ser creativos, pensar de manera diferente y tener resultados distintos. La cuestión es mantener un sano equilibrio que nos permita alejarnos de la imprudencia o nos aparte del acomodamiento innecesario.

Cortar la rama sobre la que habitualmente estamos posados, puede ser, a corto plazo, riesgoso, pero mantenernos en ella, seguro que a largo plazo entrañará mayor peligro: el peligro de la mediocridad, el peligro del estancamiento y el peligro de la apatía. Lo más grande, no se consigue desde el mismo sitio y sin cambios. Y es que, como dice David Novak, si sólo aspiramos a lo “suficientemente bueno” en vez de “a lo grande”, no podremos inspirar ni conocer nuestras posibilidades.

El cambio, por tanto, no es una opción. Ni en nuestras vidas ni en la de nuestras organizaciones. Buscar nuevas oportunidades, podrá ser un reto y deberá ser una necesidad. Explorando nuestra zona de cambio, abandonando anteriores paradigmas y revisando habituales prácticas. La creencia de que la certidumbre es lo que confiere mayor seguridad es, como digo, una creencia, pero en este caso bastante limitadora. Porque si podemos estar de acuerdo que en este mundo globalizado, todo cambia a velocidad de vértigo, la seguridad no la encontraremos en lo que hoy conocemos y nos proporciona esa pretendida certeza, sino que la verdadera seguridad estará en sabernos mover en la realidad de la incertidumbre, que es la única certeza que tenemos: el cambio y el movimiento.

Por eso, el éxito de hoy no es garantía de éxito futuro. Qué fantástico es que las empresas, entonces, apuesten por el cambio: es una manifestación de su vitalidad, madurez y liderazgo. Y es que, como decía Einstein, “La vida es como montar en bicicleta: para mantenerte en equilibrio, siempre tienes que estar en movimiento”.

Si queremos sentir la libertad de volar, desde la conciencia clara de saber que podemos alzar el vuelo, no queda más que cortar algunas ramas, entonces, ¿por qué pequeña rama vas a empezar tú?

No eres un gran jefe como piensas, pero lo podrías ser

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Jesus Gallego
miércoles, 23 mayo 2018 / Publicado en actitud, desafío, iniciativa, responsabilidad

Como jefe, podrías pensar que está haciendo un gran trabajo dirigiendo a tus empleados. En realidad, es posible que cometas errores comunes que causen daños dentro de la empresa que puedan requerir de algún tiempo para poder remediarlos. La buena noticia es que si se detectan temprano, se pueden abordar los factores que pueden ocasionar un daño, lo que te permitirá corregir el rumbo.

A continuación, te muestro algunas señales de que posiblemente eres la fuente de los problemas actuales en tu organización y algunas formas de volver a encarrilarte.

Dictaminar la cultura de la compañía

Según una encuesta realizada por Gallup, la cultura de la empresa es más importante que la compensación en lo que respecta a la satisfacción del empleado. Si ese es el caso, ¿no debería la gerencia participar activamente en la creación de la cultura de la empresa? Por supuesto. Sin embargo, debido a que la cultura se desarrolla a medida que la empresa crece e incluye a todas las personas que trabajan dentro de la misma, las decisiones a su alrededor deben basarse en la opinión de la mayoría de los empleados, en lugar de la minoría.

Si bien ciertos elementos de tu comportamiento pueden influir en la cultura en un grado significativo, es un error pensar que puedes dictaminar la cultura.

Solución: en lugar de tratar de dar forma a la cultura de la empresa de acuerdo con tus ideas, transfiere esa responsabilidad a los empleados y escucha sus comentarios.

Algunas otras cosas que puedes hacer para fomentar el enfoque correcto de la cultura de la empresa son:

Toma nota de la cultura actual primero

Sé un participante en las discusiones sobre la cultura local

Comunícate no solo con palabras sino con tu comportamiento

Toma de decisiones lenta

En ocasiones el entorno actual ha dado lugar al temor a tomar decisiones. Los gerentes pueden requerir de más tiempo para tomar decisiones relativamente fáciles. Cuando eso sucede, frena el flujo, frustrando a todo su equipo.

Solución: para abordar la lenta toma de decisiones, debes determinar la causa de la misma. Según una investigación de la CEB (Corporate Executive Board), demasiada información que requiere consenso, es una de las principales razones por las cuales los procesos se ralentizan en las organizaciones.

Descubre qué es lo que te está desacelerando, y mira si está justificado. De lo contrario, propón un proceso de toma de decisiones más efectivo.

Implementar demasiadas reuniones entre altos mandos.

Además de mejorar la comunicación y la colaboración, las reuniones regulares del personal ayudan a los empleados a reforzar el sentimiento de pertenencia dentro de la empresa. Los empleados generalmente confían en la gerencia cuando son transparentes sobre los asuntos de la compañía.Como dijo Hemingway, «la mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiar en él». Si no crees que puedes confiar en tus empleados la información sobre el estado actual de la empresa, es probable que sospechen de ella.

Solución: gana la confianza de los empleados. Para generar confianza, debes ser lo más transparente posible con tu equipo.

Es más fácil ver cuando alguien más está cometiendo un error que darse cuenta cuando lo haces tú mismo. Brillarás como gerente si demuestra tu capacidad de dar un paso atrás y reflexionar sobre tus motivaciones y acciones antes de tomar decisiones. Los signos anteriores de una gestión deficiente y las formas de remediarlos son solo algunos de los muchos obstáculos y soluciones de gestión que puedes tener que afrontar y recurrir en la posición de líder. Pero si te lo tomas en serio, te ayudarán a convertirse en un mejor administrador.

¿Cómo los líderes pueden mantener la calma en una crisis?

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Jesus Gallego
martes, 27 febrero 2018 / Publicado en desafío, dificultades, iniciativa, liderazgo

La palabra crisis sugiere algo que quisieramos que sucediera con poca frecuencia. Pero en estos días, las crisis se han convertido en un estado regular de cosas. Muchas de las grandes compañías que pensarías que serían bastante inmunes a las crísis, se han visto envueltas en alguna controversia. Y aquellos que se ocupan de los desafíos de las relaciones públicas regularmente han sido tomados por sorpresa por la insurgencia de un cliente. Algunas crisis desaparecen rápidamente y otras nunca desaparecen.

Cuando se trata de una crisis, la pregunta ya no es «si», sino «cuándo». Todo líder debe estar preparado. Por su propia naturaleza, las crisis ponen las cosas en un torbellino y las emociones se disparan. Entonces, es imperativo que los líderes se mantengan tranquilos y tomen decisiones inteligentes.

Para entrar en el ojo de la tormenta y salir bien librado de una crisis, los grandes líderes recomiendan lo siguiente:

No puedes elegir tu crisis. Lo primero que tienes que saber es que debes esperar lo inesperado. «La regla número 1», según Jamie Moldafsky, CMO de Wells Fargo, es que «No puedes elegir tu crisis. Tienes que estar listo». Brian Irving, ex director de marketing de Hampton Creek, coincide: «Tu crisis no es la que crees que va a ser». Independientemente de lo que origine una crisis, lo importante es contar con las personas, los datos, las herramientas, el proceso y la mentalidad correctos para manejar lo que sea que se cruce en tu camino.

La historia es peor que la realidad. Una consecuencia de la tendencia al «bunker» del equipo ejecutivo es la falta de flujo de información. Brian Irving ha observado que «cuando hay un vacío de información, las personas crean su propia historia». La historia que crean suele ser diez veces peor que la realidad». Marvin Chow, vicepresidente de marketing global de Google, enfatiza la importancia de crear una visión y luego crear y mostrar impulso. Él sugiere comenzar con el equipo senior para asegurar la alineación y luego llevar la visión al resto de la organización para asegurarse de que entienden a dónde van y por qué. Esto crea un impulso interno y crea una cultura en la que lo difícil o imposible se vuelve posible y probable.

Encuentra tu estrella del norte. Como líder, puede ser difícil mantener a todos motivados en una crisis, incluido uno mismo. Amy Friedlander-Hoffman, directora de marketing experiencial en Uber, cree que es esencial seguir «volviendo al núcleo». Como empresa, esto significa: «¿Quiénes somos y cuál es nuestra misión?».

Jamie Moldafsky enfatiza la importancia de mantenerse positivo y optimista: «Tienes que estar atento a largo plazo». Según Marvin Chow, es fácil señalar los problemas. El desafío es ser alguien que da respuestas y soluciones. Mantente fiel a tu misión centrándote en lo mejor para la organización.

No es lo que dices. Una de las consecuencias de los medios digitales y sociales es que una historia puede crecer exponencialmente y pasar de cero a la crisis en cuestión de horas. También significa que no tienes el control sobre la historia que alguna vez tuviste. Muchos que han pasado por una crisis notan un cambio en sus pensamientos. Jamie Moldafsky observa que el enfoque solía ser únicamente la pregunta «¿Qué vamos a decir sobre esto?» Ahora una preocupación similar es «¿Qué van a decir los demás sobre esto?»

El desafío es que cuando llega la crisis, a menudo es demasiado tarde para muchas organizaciones. Necesitas crear un banco de buena voluntad cuando los tiempos son buenos, de modo que cuando surja una crisis, una comunidad de defensores esté lista para hablar y reforzar su mensaje.

Controla lo que puedas. Es posible que no puedas controlar lo que dice la gente sobre ti. Pero hay una cosa que puedes controlar: tú mismo. Según Jamie Moldafsky, «una crisis es una crisis. Se trata de cómo lo manejas. Y eso está dentro del control de todos los líderes». Amy Friedlander-Hoffman aconseja» sentirse cómoda con sentirse incómoda». Tiene una opción. «Puedes venir todos los días intentando hacer tu trabajo, frustrado porque tienes que seguir apagando incendios. O puedes darte cuenta de que apagar los incendios en realidad es tu trabajo».

Arregla el problema subyacente. Algunas veces una crisis simplemente no es tu culpa. Pero a veces es un síntoma de un problema más profundo en la cultura organizacional o modelo operativo. Si no solucionas el problema subyacente, la crisis pasará de «una vez y listo» a una que se prolongue «intermitentemente». Hannah Jones, Directora de Sustetabilidad de Nike, cree que una empresa «nunca debe permitir que una crisis no se use o se desaproveche. En su lugar, úsela como una oportunidad para la transformación». En el caso de Nike, las quejas sobre las condiciones de los trabajadores a fines de la década de 1990 fueron el ímpetu para «aprovechar algo profundo dentro de nosotros sobre nuestros valores». Aprendimos a respetar las diferencias, ser empáticos y encontrar una visión compartida. Aceptamos responsabilidad, nos pedimos disculpas y comenzamos a realizar cambios profundos y sistémicos internamente en nuestra cadena de suministro, y nos embarcamos en un viaje de colaboración y defensa con la industria en su conjunto. «Es muy fácil en una crisis tratar simplemente los síntomas superficiales, y no mirar a los problemas subyacentes».

Las lecciones aprendidas por los ejecutivos que han soportado una crisis son relevantes para cualquiera que se encuentre en circunstancias desafiantes. Todos debemos mejorar para superar obstáculos, enfrentar la incertidumbre y mantenernos enfocados en un entorno cambiante. Es un buen consejo que todos estén preparados, se mantengan fieles a su propósito, involucren a los demás en soluciones, controlen lo que puedan y trabajen en los problemas subyacentes.

Fuente HBR

Rompe el ciclo del estrés y la distracción usando tu inteligencia emocional

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Jesus Gallego
miércoles, 24 enero 2018 / Publicado en consciencia, estrés, iniciativa, Inteligencia Emocional, parte de la solución

Poder enfocarnos nos ayuda a tener éxito. Ya sea que nos enfoquemos hacia nuestro interior y sintonicemos con nosotros mismos o hacia afuera y naveguemos por el mundo que nos rodea, sea cual sea el caso, afinar nuestra atención es un activo valioso.

Con demasiada frecuencia, nuestro enfoque y atención son secuestrados, dejándonos conmocionados, olvidadizos e incapaces de concentrarnos. Con frecuencia escuchamos a las personas decir que han perdido su enfoque debido a alguna de estas razones (es posible que tú hayas pronunciado alguna de ellas):

«Me siento completamente abrumado».

«Mi carga de trabajo es una locura, y nunca hay tiempo suficiente para hacer las cosas cuando estoy en reuniones y tratando asuntos urgentes todo el día».

«Estoy mentalmente agotado por la presión y las constantes distracciones en mi oficina. Simplemente no puedo enfocarme «.

Las distracciones constantes y la falta de tiempo ciertamente interrumpen nuestro enfoque, pero el estrés también juega un papel importante.

El estrés crónico inunda nuestro sistema nervioso con cortisol y adrenalina que cortocircuitan importantes funciones cognitivas. Los investigadores han estudiado los efectos negativos del estrés sobre el enfoque, la memoria y otras funciones cognitivas durante décadas.

Los hallazgos son consistentes: el estrés a corto plazo aumenta los niveles de cortisol (la llamada hormona del estrés) durante períodos cortos y puede reactivar nuestra adrenalina y motivarnos a realizar un trabajo más eficiente en respuesta a los plazos inminentes. El estrés a largo plazo, sin embargo, puede conducir a aumentos prolongados en el cortisol y puede ser tóxico para el cerebro. Los científicos también sospechan que los altos niveles de cortisol durante un largo período de tiempo son un factor clave para el Alzheimer y otras formas de demencia.

Cuando no podemos enfocarnos en el trabajo debido a las distracciones, puede llevarnos a sentirnos estresados por no ser productivos, lo que hace que nos concentremos menos, alimentando aún más el ciclo. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros no notamos que nuestro enfoque disminuye hasta que nos sentimos completamente abrumados.

Cuando tenemos agotamiento mental y emocional, se reduce aún más nuestra capacidad de enfocarnos y recordar información.

Afortunadamente, hay cosas que podemos hacer para romper el ciclo. Una de las razones por las cuales algunas personas se abruman y otras no lo hacen es porque usan su inteligencia emocional para controlar su estrés. Puede utilizar estas mismas competencias, en particular la autoconciencia y la autogestión, para mejorar tu enfoque. A continuación te digo cómo.

Comienza usando tu autoconciencia para ayudarte a notar varias cosas:

¿Por qué te sientes estresado o ansioso? Antes de lidiar con el estrés, necesitas saber qué lo está causando. Por simple que parezca, puede ser útil hacer una lista de las cosas que te pueden estar causando estrés. Escribe cada cosa de tu vida personal y de tu trabajo que te pueda estar causando ansiedad. Puedes categorizar elementos en cosas que tienen la capacidad de cambiar y cosas que no. Para los estresores en la última categoría, tendrás que descubrir cómo cambiar tu actitud hacia ellos.

¿Cómo pierdes tu habilidad para concentrarte? De acuerdo con el psicólogo clínico Michael Lipson, puedes aprender a agudizar tu enfoque, al comprender cómo exactamente tu concentración se desvía en primer lugar. Al prestar atención a los patrones que conducen a tu falta de concentración, puedes comenzar a desarrollar tu capacidad para descartar las distracciones y mantenerte enfocado.

¿Cómo te sientes cuando no puedes concentrarte? ¿Te pones ansioso cuando no puedes recordar información cuando la necesitas, tal vez durante una entrevista de trabajo, una presentación o una reunión importante con un cliente? Estos pueden ser indicios de que estás más estresado de lo que piensas, y que tu incapacidad para concentrarte está causando aún más estrés.

¿Cuando pierdes tu capacidad para enfocarte? Si, por ejemplo, te encuentras preocupado por algo relacionado a tu trabajo mientras conduces a 90 kilómetros por hora en la carretera con un auto lleno de niños, al estar distraído estás exponiéndote a ti y a otros a un peligro real. Esto puede ser una llamada de atención para centrar tu atención en lo que está haciendo y tomar la decisión de pensar en las inquietudes más tarde.

Una vez que has identificado qué es lo que está causando estrés y cómo y cuándo pierdes el enfoque, puedes usar las siguientes estrategias, que dependen de tu capacidad de autogestión, para tomar mejores decisiones que te mantengan enfocado:

Haz una desintoxicación digital. En su encuesta de 2017 Estrés en América, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), descubrió que los «revisores constantes» (personas que revisan sus correos electrónicos, mensajes de texto y redes sociales de manera constante) experimentan más estrés que quienes no lo hacen. Más del 42% de los encuestados atribuyen su estrés a las discusiones políticas y culturales en las redes sociales, en comparación con el 33% de los no constantes. Si bien puede parecer imposible tomarse un descanso de la tecnología, la APA dice que desconectar o limitar periódicamente su acceso digital puede ser excelente para la salud mental.

Descansa tu cerebro. La mayoría de nosotros hemos experimentado noches de insomnio causadas por estar pensando en situaciones pasadas, miedos y ansiedades sobre el futuro. Cuando la privación del sueño es constante se vuelve más difícil el poder concentrarse y es más complicado recibir y recordar información. Incluso nuestro juicio también puede verse afectado. La falta de sueño puede afectar nuestras decisiones porque afecta nuestra capacidad para evaluar con precisión una situación. Cumplir con 7 u 8 horas de sueño cada noche puede parecer imposible cuando se está estresado y con exceso de trabajo, pero la recompensa lo vale.

Practica el mindfulness. Las investigación sobre el mindfulness o también llamada como atención plena es clara y convincente. Tener una práctica de mindfulness disminuye nuestra tendencia a sacar conclusiones precipitadas y tener reacciones instintivas de las que podemos arrepentirnos más adelante (y potencialmente causar más estrés). El neurocientífico Richard Davidson dice que «la atención plena impulsa la red de atención clásica en el sistema fronto-parietal del cerebro que trabaja en conjunto para asignar atención». En otras palabras, la atención plena es clave para la recuperación emocional, que es un factor clave en nuestro estrés.

Enfócate en otras personas. Cuando nos anclamos en nuestras propias preocupaciones y temores, podemos desviar nuestra atención de aquellos que nos importan. Diversos estudios muestran que cambiar nuestro enfoque a otros produce efectos fisiológicos que nos calman y fortalecen nuestra capacidad de recuperación. Si prestas más atención a los sentimientos y necesidades de otras personas, y muestras preocupación por ellos, no sólo podrás despejar tu mente del estrés, sino también estás haciendo algo significativo para alguien que te importa.

Muchas personas sienten que necesitan trabajar más duro cuando tratan de enfocarse. Pero esta estrategia es probable que sea contraproducente. En su lugar, presta atención a las causas de tu estrés e incapacidad para concentrarte y luego realiza acciones que promuevan mejoras en las funciones cerebrales específicas que impulsan la concentración y la conciencia.

¿Cómo olvidarse del trabajo cuando no se está trabajando?

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Jesus Gallego
martes, 21 noviembre 2017 / Publicado en compromiso, iniciativa, libertad, responsabilidad

¿Cuándo fue la última vez que saliste del trabajo?

Es decir, realmente te alejaste de él: no pensaste en él, no te preocupaste, no tenías una lista de cosas por hacer en tu cerebro.

Existen muchos beneficios de olvidarnos un momento del trabajo. Es necesario tomarnos un tiempo realmente libre para recargar energía para posteriormente poder mantener la concentración al momento de trabajar. Sabemos que el tiempo alejado de problemas complejos nos permite encontrar una nueva perspectiva. Si trabajamos demasiados días seguidos, nos encontraremos haciendo lo que podríamos llamar «trabajo falso»: sentados en nuestros escritorios sin lograr resultados.

La parte difícil es que, si bien puedes estar de acuerdo con todos los beneficios de alejarse un poco del trabajo, es posible que todavía tengas problemas para hacerlo. Incluso cuando llegas a salir temprano del trabajo, llegas a casa a leer un informe o algo relacionado al trabajo. Cuando sales de viaje durante unos días, es posible que todavía estés atado a tu correo electrónico. Cuando te levantas temprano en la mañana o te quedas despierto por la noche, es posible que tu cerebro esté ordenando una larga lista de tareas. Incluso hay personas que han tenido sueños sobre los pendientes que tienen en el trabajo.

Cuando no podemos dejar el trabajo mientras no estamos en la oficina, no disfrutamos del tiempo libre. Para liberarse del trabajo y de los pensamientos o preocupaciones del mismo, puedes recurrir a una combinación de nuevos hábitos para mejorar nuestras prácticas cognitivo-conductuales, y aquí te damos algunos ejemplos:

Enfócate en tomar acciones. Muchas personas no pueden cambiar su comportamiento porque se enfocan en lo que no han hecho en lugar de enfocarse en tomar acciones. Establecer el objetivo de no pensar en el trabajo cuando no estamos trabajando por si solo no funcionará, las metas negativas como esta, donde te enfocas en acciones que ya no quieres realizar, tienden a fallar debido a que nuestro sistema de hábitos solo aprende un nuevo hábito cuando se realiza una acción, no cuando no se hace. Debemos enfocarnos en las actividades que podemos realizar en lugar de trabajar.

Por ejemplo, puede inscribirte a un gimnasio cerca de la oficina y acudir un par de veces a la semana. Leer un libro, hacer un crucigrama. O puedes decirle a tu pareja que recogerás a los niños en el colegio. O por qué no, ofrecerse como voluntario en una organización benéfica local los fines de semana. Todas estas actividades limitarán o desviarán tu mente del trabajo.

Cambia tu entorno para apoyar el nuevo comportamiento. Un fumador realmente no trata de dejar de fumar si deja una gran caja de cigarrillos a la mano. Del mismo modo, alguien que intenta establecer límites más saludables para su vida laboral no deja su teléfono y computadora encendidos todo el tiempo.

Sí, te recomiendo que apagues tus dispositivos! Una gran manera de alejar la mente del trabajo es imposibilitar un poco el hacer ese trabajo. Si tienes que volver a encender el teléfono o la PC para ver algo relacionado al trabajo, te aseguro que pensarás dos veces antes de hacerlo.

También puedes usar el entorno para ayudarte a establecer un espacio en casa que nunca usarás para trabajar. Podría ser cualquier habitación. Úsala como un lugar donde realizarás actividades no laborales, como leer, ver tv o practicar yoga. Cuanto más asocies este lugar con cosas que no impliquen trabajo, más fácil será usar esta área para alejarse de los pensamientos de trabajo.

Como parte de la creación de este nuevo entorno más saludable, puedes involucrar a otras personas para realizar actividades en conjunto lo cual será de mucha utilidad.

Aléjate del trabajo y observe cómo el barco no se hunde. Hay ocasiones en las que ni teniendo otras actividades o creando un entorno alejado al trabajo puedes dejar de pensar en el trabajo. Incluso es posible que te de ansiedad el tratar de dejar de pensar en el trabajo.

Es aquí en donde entra el autocontrol. Estudios sugieren que una buena forma de reducir la ansiedad es exponerse a la situación aterradora (en este caso el no pensar en el trabajo) y, gradualmente, aprender que la situación no es realmente amenazante.

Por ejemplo, si tu problema es que constantemente estás preocupado por perder un correo electrónico “importante”, deja una noche sin revisar tu correo electrónico y te darás cuenta que ese correo va a estar ahí por la mañana y no pasó nada si no lo leíste por la noche. Luego replica esta actividad, pero en lugar de hacerlo por una noche hazlo por un fin de semana completo y verás como tu ansiedad irá disminuyendo.

Además de eso, cuando te presentes a tus labores volverás a trabajar con más energía y mejores ideas porque te tomaste un tiempo libre.

HBR


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