
Si te pido que pienses en cómo te sentiste en tu primer trabajo, quizá lo primero que recuerdes es las ganas que tenías de aprender. Ahora dime, ¿cómo describirías a tu jefe?: ¿te dejó alguna enseñanza especial?, ¿te impulsó a llegar a tus objetivos?, ¿te motivó a seguir adelante? O al contrario, lo recuerdas autoritario y creyéndose superior.
A lo que voy con este cuestionario, es a revivir tu experiencia desde las emociones. Los tiempos actuales son muy dinámicos, no solo económicamente sino también socialmente; esto significa que los intereses de crecimiento empresarial ya no se enfocan simplemente en el tema capital, sino en poner en un sitio importante a cada uno de los colaboradores «con todo y sus emociones».
Uso de las emociones en inteligencia emocional
Cuando las personas están involucradas realmente en la compañía donde trabajan, las emociones entran en juego automáticamente: motivación, optimismo, satisfacción, agrado, impaciencia, tristeza, estrés o cualquier otra que quieras añadir a la lista.
Sería imprudente suponer que un lugar de trabajo donde existen todo tipo de exigencias de desempeño no existan emociones. Y las emociones por sí solas son el mayor motivador o desmotivador de los colaboradores, por lo tanto, me corresponde hablar de la necesidad de tener líderes emocionalmente inteligentes.
Primero, hay que saber qué es la inteligencia emocional. Se trata básicamente de la capacidad que tienes de reconocer y comprender los propios sentimientos y emociones para después comprender los de los demás.
En el caso particular de un líder, él utiliza esa información para manejar las emociones y las relaciones en el área trabajo. No es algo fácil ni algo que suceda de forma innata, para cumplir con ello, es importante que el líder esté muy sensibilizado con los aspectos emocionales que transmite a las personas.
Recordemos los cuatro aspectos importantes de la inteligencia emocional propuestos por el psicólogo Daniel Goleman:
Autoconciencia
Autogestión
Conciencia social
Gestión de relaciones o habilidades sociales
Cuando el líder domina esos cuatro aspectos, consigue la consciencia de sus propias capacidades y debilidades. Los líderes siempre están bajo la lupa, lo cual incluye su lenguaje corporal, expresiones faciales y modo de actuar. En ese sentido, la inteligencia emocional es importante en el liderazgo porque los seguidores o subordinados lo esperan de su líder, lo digo por experiencia, para las personas resulta difícil aceptar la guía de un líder que no es consciente de sí mismo, sería como seguir a un roedor que ha sido liberado de una caja, sin rumbo fijo.
Si quieres saber hacia dónde fijar tu camino, debes considerar que los líderes emocionalmente inteligentes saben ante todo empatizar con las situaciones, emociones, aspiraciones y motivaciones de los trabajadores.
Es verdad que a veces es incómodo abordar los aspectos emocionales, sobre todo entre personas que se conocen poco, pero los líderes saben entender la importancia y relevancia de ser emocionalmente inteligentes.
Pongo un breve ejemplo: Una persona que trabaja estrechamente con el gerente esperaría que el gerente entendiera su situación y sus prioridades. Cuando va a tomar unos días de descanso, deja listo el trabajo con la fecha más próxima; sin embargo, hay casos de urgencia que aparecen de la noche a la mañana. ¿Debería conectarse y resolver el problema o esperar el apoyo de alguien de su equipo de trabajo?
Aquí, no es sorprendente el hecho de que el gerente entienda o no que nadie quiere trabajar en vacaciones, aquí lo importante es cómo se resuelve la situación, si el líder decide actuar como directivo o prefiere delegar. Aunque sea un caso común, esa situación afectará el nivel de compromiso y desempeño del trabajador paulatinamente, y tendrá un gran impacto en los resultados posteriores de su rendimiento.
Los líderes emocionalmente inteligentes, querrán atraer y retener a los trabajadores talentosos y mantenerlos motivados. Para ello, deben trabajar en mejorar las habilidades de su gente y también su inteligencia emocional, ya que no todos nacen con el carisma para mantener a las personas motivadas. Afortunadamente, se puede aumentar la inteligencia emocional con la práctica y los esfuerzos cuidadosamente dirigidos.
Vuelve ahora a responder: ¿recuerdas cómo fue tu primer jefe de trabajo?, ¿era un líder emocionalmente inteligente? Un líder emocionalmente inteligente, tiene la delicadeza de influir en los pensamientos y la motivación de las personas; tiene la capacidad de fomentar el optimismo y la confianza, hasta concretar esfuerzos constructivos.