Cuando decidí dedicar mi vida profesional al área del desarrollo humano y al liderazgo, fue porque estaba completamente convencido de las posibilidades y el potencial de las personas. Hoy confirmo esa creencia, a través de mi trabajo he logrado reconocer que los humanos podemos ser más, llegar a más y ofrecer más hasta obtener resultados extraordinarios.
Elimina de tu mente esa creencia de que lo extraordinario es algo fantasioso o difícil de realizar, no es necesario que te pongas como meta ganar una medalla de oro en los Panamericanos el próximo año, analicemos un poco más ¿en qué estás invirtiendo tiempo?, ¿qué estás haciendo para desarrollar el potencial en tu compañía?, ¿cuál es la meta de tu equipo? Si tienes ya un proyecto en marcha será más sencillo definir hacia dónde vas.
Enfoca ese esfuerzo (junto con tu equipo) que has puesto en el logro de tus objetivos: aumentar 20% tus ganancias o ahorros, hallar una nueva área de oportunidad o quizá implementar mejores tecnologías de desarrollo para mejorar los procesos.
Confio en que parte de los buenos resultados en el trabajo son consecuencia de…
Decisiones acertadas
Estrategias bien planteadas
Procesos adecuados
Experiencias de trabajo motivacionales
Incluso, una fuerza de venta preparada.
¿Y quién está detrás de toda esa gestión de trabajo? Un líder que inspira. Detrás de todo el esfuerzo que suma un buen equipo de trabajo está una persona comprometida y consciente de su situación, de sus objetivos y de quiénes son los que trabajando a su lado.
Ahora, te comparto una fórmula que puede funcionarte para alcanzar esos resultados extraordinarios:
1. Ser una persona autónoma.
2. Cultivar una comunicación eficiente en el área de trabajo.
3. Crear resonancia.
¿QUÉ SIGNIFICA ESO?
4. A través de la resonancia podemos transmitir en el equipo energía positiva y un ambiente de trabajo de calidad.
5. Una vez que tienes ese nivel de trabajo y compromiso de calidad los resultados extraordinarios llegarán solitos.
Entonces, ¿el liderazgo importa?
Me resulta sencillo responder “definitivamente sí”, pues actualmente no importa en qué situación te encuentres, ya sea que dirijas a un equipo de trabajo de cinco personas o de 100, el liderazgo es importante en ambos casos y siempre se verá reflejado en los resultados alcanzados.
Lo que diferencia a un buen líder del resto es una cosa: la capacidad de inspirar y motivar a otros a un alto rendimiento.
Lo que quiero que reflexiones es que no importa mucho si lo que diriges es tu hogar, un equipo deportivo, un club de lectura, un establecimiento, alguna empresa o una ciudad, en todos los casos el liderazgo es fundamental. Importa el modo en que te preparas, tú y a tu equipo, hasta llegar a lo más alto, a mejores resultados.
Y esos, a los que hoy llamamos resultados extraordinarios, provienen de equipos de rendimiento extraordinario, que evidentemente fueron guiados por un líder inspirador; es por eso que el liderazgo -específicamente, tu liderazgo- importa.
Finalmente, mi mejor recomendación es: eleva tu liderazgo hoy, tu equipo depende de ti.
Si te pido que pienses en cómo te sentiste en tu primer trabajo, quizá lo primero que recuerdes es las ganas que tenías de aprender. Ahora dime, ¿cómo describirías a tu jefe?: ¿te dejó alguna enseñanza especial?, ¿te impulsó a llegar a tus objetivos?, ¿te motivó a seguir adelante? O al contrario, lo recuerdas autoritario y creyéndose superior.
A lo que voy con este cuestionario, es a revivir tu experiencia desde las emociones. Los tiempos actuales son muy dinámicos, no solo económicamente sino también socialmente; esto significa que los intereses de crecimiento empresarial ya no se enfocan simplemente en el tema capital, sino en poner en un sitio importante a cada uno de los colaboradores «con todo y sus emociones».
Uso de las emociones en inteligencia emocional
Cuando las personas están involucradas realmente en la compañía donde trabajan, las emociones entran en juego automáticamente: motivación, optimismo, satisfacción, agrado, impaciencia, tristeza, estrés o cualquier otra que quieras añadir a la lista.
Sería imprudente suponer que un lugar de trabajo donde existen todo tipo de exigencias de desempeño no existan emociones. Y las emociones por sí solas son el mayor motivador o desmotivador de los colaboradores, por lo tanto, me corresponde hablar de la necesidad de tener líderes emocionalmente inteligentes.
Primero, hay que saber qué es la inteligencia emocional. Se trata básicamente de la capacidad que tienes de reconocer y comprender los propios sentimientos y emociones para después comprender los de los demás.
En el caso particular de un líder, él utiliza esa información para manejar las emociones y las relaciones en el área trabajo. No es algo fácil ni algo que suceda de forma innata, para cumplir con ello, es importante que el líder esté muy sensibilizado con los aspectos emocionales que transmite a las personas.
Recordemos los cuatro aspectos importantes de la inteligencia emocional propuestos por el psicólogo Daniel Goleman:
Autoconciencia
Autogestión
Conciencia social
Gestión de relaciones o habilidades sociales
Cuando el líder domina esos cuatro aspectos, consigue la consciencia de sus propias capacidades y debilidades. Los líderes siempre están bajo la lupa, lo cual incluye su lenguaje corporal, expresiones faciales y modo de actuar. En ese sentido, la inteligencia emocional es importante en el liderazgo porque los seguidores o subordinados lo esperan de su líder, lo digo por experiencia, para las personas resulta difícil aceptar la guía de un líder que no es consciente de sí mismo, sería como seguir a un roedor que ha sido liberado de una caja, sin rumbo fijo.
Si quieres saber hacia dónde fijar tu camino, debes considerar que los líderes emocionalmente inteligentes saben ante todo empatizar con las situaciones, emociones, aspiraciones y motivaciones de los trabajadores.
Es verdad que a veces es incómodo abordar los aspectos emocionales, sobre todo entre personas que se conocen poco, pero los líderes saben entender la importancia y relevancia de ser emocionalmente inteligentes.
Pongo un breve ejemplo: Una persona que trabaja estrechamente con el gerente esperaría que el gerente entendiera su situación y sus prioridades. Cuando va a tomar unos días de descanso, deja listo el trabajo con la fecha más próxima; sin embargo, hay casos de urgencia que aparecen de la noche a la mañana. ¿Debería conectarse y resolver el problema o esperar el apoyo de alguien de su equipo de trabajo?
Aquí, no es sorprendente el hecho de que el gerente entienda o no que nadie quiere trabajar en vacaciones, aquí lo importante es cómo se resuelve la situación, si el líder decide actuar como directivo o prefiere delegar. Aunque sea un caso común, esa situación afectará el nivel de compromiso y desempeño del trabajador paulatinamente, y tendrá un gran impacto en los resultados posteriores de su rendimiento.
Los líderes emocionalmente inteligentes, querrán atraer y retener a los trabajadores talentosos y mantenerlos motivados. Para ello, deben trabajar en mejorar las habilidades de su gente y también su inteligencia emocional, ya que no todos nacen con el carisma para mantener a las personas motivadas. Afortunadamente, se puede aumentar la inteligencia emocional con la práctica y los esfuerzos cuidadosamente dirigidos.
Vuelve ahora a responder: ¿recuerdas cómo fue tu primer jefe de trabajo?, ¿era un líder emocionalmente inteligente? Un líder emocionalmente inteligente, tiene la delicadeza de influir en los pensamientos y la motivación de las personas; tiene la capacidad de fomentar el optimismo y la confianza, hasta concretar esfuerzos constructivos.
Leyendo sobre líderes que inspiran, me encontré con la historia de William Danforth, el fundador de Ralston Purina, una de las marcas preferidas en nutrición de las mascotas. Él siempre quiso que los trabajadores en su compañía se sintieran confiados, que pensaran en grandes ideas, sonrieran en todas las circunstancias y vivieran grandes ideales. El legado que dejó en la compañía fue inspirador, pues antepuso la motivación de las personas.
Así, los trabajadores obtuvieron la clave del poder: buenos ejemplos, respeto mutuo, creencias compartidas, lealtad simbiótica y valores básicos. Para Danforth, no hubo mayor milagro que la sensación de logro, de hacer algo que merecía la pena: enseñar a sus empleados a ser productivos.
Después, estuve pensando que en la vida podemos encontrarnos tres tipos de personas: quienes hacen que las cosas pasen, quienes esperan a que las cosas pasen y quienes no saben qué está pasando. ¿Cuál de estas tres personas fue Danforth? ¿Cuál piensas que corresponde a los líderes que inspiran? ¿Cuál quieres ser tú?
Como es de esperar, quienes hacen que las cosas pasen practican el liderazgo: Los líderes están para que las cosas sucedan, bajo este lema es importante reconocer: ¿qué quieres que suceda?, ¿por qué quieres que suceda?, ¿cómo puedes lograr que suceda? y ¿cuánto tiempo te tomará para que suceda?
Los líderes que inspiran, son aquellos que sin pretender tener el control de las circunstancias o la obediencia de sus empleados, comparten una relación cálida, transparente, generosa y cercana con su equipo, ganando de forma natural su confianza y compromiso.
Los trabajadores ya no son solamente personas en la nómina, sino colaboradores de la empresa, quienes al ser dirigidos de forma empática por su líder utilizarán los recursos, la estrategia, tecnología y equipo de trabajo a favor para alcanzar los resultados que beneficien desde su individualidad hasta el reconocimiento de la compañía donde trabajan.
Me gusta decir que nadie es líder sino hasta que es ratificado en la mente y corazón de sus colaboradores, por eso la importancia de llevar a cabo un liderazgo cercano, que como resultado obtenga la aceptación de los colaboradores. Tú eres responsable de ganarte su compromiso y confianza a través de un liderazgo inspirador.
Podemos asegurar entonces que los líderes que inspiran cumplen con las siguientes cualidades:
Liderazgo de servicio
El liderazgo orientado al servicio comienza cuando nos damos cuenta de que los estilos de liderazgo verticales no traen los resultados deseados: no motivan a las personas a dar lo mejor de sí. Entonces, se trabaja un modelo horizontal, donde el líder busca la forma de fomentar la unidad, la colaboración y la excelencia de los trabajadores, poniéndose al servicio de los mismos.
Un líder de servicio no desea utilizar su poder e influencia para hacer que las cosas sucedan, prefiere ganarse antes la confianza de sus colaboradores, ayudarles y apoyarlos, como lo hace un padre con sus hijos. Está para servir y facilitar las cosas.
Se vuelve consciente de las preocupaciones de sus colaboradores, siente empatía hacia ellos y pone sus necesidades por encima de las propias, es decir, sabe que pertenece a un grupo pero a pesar de ser la cabeza de este no se considera el elemento principal en la organización.
Será siempre un líder justo, el primero en el premio y el primero en el sacrificio.
Son positivos
La actitud que mostramos y la forma de resolver las cosas es lo que define el éxito que tendremos, por eso hablo del liderazgo positivo como una cualidad, ¿a quién seguirías: a un líder lleno de energía, con ganas de hacer y resolver o a un líder que se deja vencer ante los problemas y no confía ni en su propio equipo?
El líder que es positivo busca en los demás lo que sí funciona, lo que sí son y lo que sí tienen; es decir, detectará sus fortalezas para que al momento de delegar las tareas del trabajo cada quien se ocupe de lo que realiza con mayor habilidad.
Al ser positivo, el líder comparte con su equipo de trabajo la visión y el propósito de trabajar en un buen clima laboral. A través de acciones optimistas es capaz de sacar lo mejor de sus colaboradores. Para él, palabras fundamentales como por favor, gracias y perdón, logran que los colaboradores se sientan tomados en cuenta y valorados.
Si todos ellos crecen en la organización será posible que crezca la empresa, logrando resultados significativos.
Son afectivos
La afectividad involucra estados de ánimo, sentimientos, el pensamiento y la conducta, además de la forma de relacionarnos. En el liderazgo, esta capacidad afectiva significa conocer a la gente con la que trabajas y querer a la gente con la que trabajas. Poner el corazón en nuestras relaciones.
El amor y la confianza son características de los líderes que inspiran. El clima afectivo en los equipos de trabajo supone una condición de generosidad y entrega que nos aleja del egoísmo, nos exige tener disponibilidad para escuchar, apoyar y ayudar al otro.
Aún cuando sabemos que hemos logrado desarrollar a nuestro equipo de trabajo, consiguiendo su honestidad y enfoque a buenos resultados, los líderes que inspiran no dejamos de trabajar, de prepararnos ni de asombrarnos. Siempre tendremos el deber de sacar lo mejor del otro, pues estamos conscientes de que el éxito de hoy no garantiza el éxito de mañana.
Una de las transiciones más emocionantes en tu carrera se produce cuando te enfrentas por primera vez a tener un puesto directivo. Ya sea que te encuentres en la etapa de entrevista o en la etapa posterior al ascenso a ese puesto de liderazgo, existen algunos principios que debes conocer y que te colocarán en un camino exitoso. Aquí te comparto cinco de ellos:
Establece una filosofía de liderazgo: El liderazgo y la gestión se basan en conseguir el respaldo adecuado de los empleados ¿verdad? Eso pensaba, pero en parte no es así. El verdadero liderazgo se trata de producir otros líderes. Un gran líder, es alguien comprometido a traer a otros a bordo. Es por eso que mi primera recomendación es que piense muy bien sobre tu filosofía de liderazgo. ¿Te sientes emocionado y empoderado porque ahora tienes la autoridad posicional para decirle a otras personas qué hacer, o estás más emocionado por la posibilidad de ayudar a otros a llegar a un mismo lugar?
Enfócate en el día a día de la gestión y el liderazgo: La meta a largo plazo de un gran liderazgo es construir un gran equipo a su alrededor para crear la próxima generación de líderes que puedan superar su propio desempeño. Sin duda, los mejores líderes son también los mejores mentores. Pero el trabajo diario de la gerencia y el liderazgo implica la asignación de recursos limitados, ya sean económicos, tiempo o personal. ¿Estás invirtiendo recursos en áreas que crean un mejor valor a largo plazo? ¿Estás estudiando los tiempo en términos de sus efectos y beneficios? Uno de los mejores ejercicios es hacer una auditoría del calendario para ver cómo el tiempo invertido (o no) se ajusta a las principales prioridades. Hablando de eso:
Se claro al comunicarte y al dar a conocer las prioridades: Sin duda, tus habilidades de comunicación te han llevado lejos, pero ahora son más importantes que nunca. Durante las reuniones, se lo más claro posible sobre tus prioridades preguntándote a ti mismo: ¿Esta reunión tiene la intención de informar, obtener información o aprobación? (Al afirmarlo de antemano, ayudarás a los demás a entender el contexto).Tan a menudo como sea posible, aprovecha la oportunidad para aclarar el propósito general y cuáles son las principales prioridades para cumplir con ese propósito. Se consistente con tu propósito y tus prioridades. Con respecto a esto último, te recomiendo que nunca tengas más de cinco prioridades. Desarrolla esas prioridades con tu equipo, pero recuérdales que no agregarás otra prioridad a la lista hasta que elimines una de las cinco existentes. ¡No es casualidad que en este artículo te esté dando sólo cinco puntos en los cuales debes poner atención!
Establece valores y normas comunes: Mucho puede resolverse si la gente se pone de acuerdo y practica un conjunto de valores y normas comunes. En mi opinión, los valores más importantes son la verdad, la compasión y la integridad. Con una base sólida en la verdad, especialmente la autoconciencia, los líderes y las organizaciones tienen más probabilidades de desarrollar la capacidad de compasión. El liderazgo compasivo consiste en frenar el juicio con una mentalidad abierta, empática y generosa. (Es un mito que la compasión y la competencia están en desacuerdo.) Finalmente, la integridad. Para mí, esto significa redefinir el éxito como algo más que simplemente ganar, ampliándolo para incluir la satisfacción que sienten los líderes al saber que los miembros de su equipo rindieron al máximo de su capacidad hacia un conjunto de aspiraciones acordadas.
Recuerda que está bien tener miedo y ser vulnerable: Gran parte del espíritu empresarial, la gestión y el liderazgo implica caminar en la cuerda floja entre la vulnerabilidad y la convicción. Ninguno de nosotros puede estar completamente seguro de que vamos por el buen camino, pero desde el momento en que llegamos al trabajo por la mañana, estamos llamados a inspirar confianza en los demás.Al reconocer que la vulnerabilidad es un componente de todos los empleos y que crea el potencial para un cambio positivo, nos acercamos mucho más a perder el miedo a ella. Para los nuevos líderes y gerentes, el desafío y la oportunidad provienen del reconocimiento humilde (y humano) de que nadie es invencible. Esto se debe a que los miembros del equipo tienen la confianza de que las decisiones se toman de una manera equilibrada y reflexiva. Por último, se trata de demostrar que, en última instancia, el enfoque más estratégico es el que tiene los cimientos más sólidos y el mayor potencial de éxito.
Los negocios no son diferentes de cualquier otra cosa en la vida, sólo puedes controlar lo que puedes controlar, y si no puedes aceptar que el liderazgo puede ser solitario y dudoso la mayor parte del tiempo, bueno, puede que no estés listo para ser un líder. A pesar de todo, celebra y acepta tu vulnerabilidad, porque si no la sientes, probablemente no te estás presionando lo suficiente.
Imagínate que llegas tarde a una conversación y escuchas decirle a otra persona algo así como “no te lo tomes personal, son solo negocios”. ¿Qué tenderías a pensar?, ¿son buenas o males noticias? Sí, casi seguro que malas noticias.
En ocasiones, he visto como algunos pretendidos líderes justifican su comportamiento con lo que entiendo que es una falsa dicotomía, entre lo personal y lo profesional. Lo personal, piensan, hay que dejarlo fuera del trabajo, y solo lo que tiene que ver con los negocios es relevante en horas laborales. Así, justifican una conducta proclive a ser menos cuidadosos con las personas, sentirse poco responsables por sus formas y, en definitiva, dar poca importancia al estado emocional de sus equipos.
Frases como “trabaja y olvídate de lo demás”, “al trabajo no venimos a hacer amigos” o “lo que sientas no importa ahora, sólo cumple con tu cometido”, son afirmaciones que no sólo están alejadas de la realidad humana, sino también poco correctas y científicamente nada rigurosas.
La inteligencia emocional nos habló desde hace muchos años del impacto de las emociones en el trabajo; las neurociencias y el neuromarketing, manifiestan que hemos de entender y atender las emociones de nuestros clientes; y la economía conductual nos muestra que también, en el campo económico, las emociones tienen una trascendencia extraordinaria, o fatal, en nuestras decisiones. Pero hay algo más, y es que desde el punto del vista de nuestro liderazgo, sabemos que cómo afectemos a nuestros colaboradores impactará definitivamente en el compromiso de nuestros equipos. Por eso podemos decir que un liderazgo efectivo, necesariamente ha de ser afectivo: en pro del cuidado e interés por las personas.
Es curioso observar cómo algunos líderes piden mayor compromiso a sus equipos cuando, a la vez, sólo pretenden atender la parte “estrictamente laboral” de sus colaboradores. No se dan cuenta de que el compromiso es lo más personal que un líder puede pedir y que no es algo que se pueda obtener con la fuerza o la imposición sino que nos lo tenemos que ganar desde el interés y la inspiración.
Así, pues:
- Necesitamos diferenciar entre lo personal y lo profesional, pero no debemos hacerlo para enfrentarlos sino para integrarlos.
- La vida personal de la gente es tan importante o más que la vida profesional. Como líderes, dejarla de un lado, sería dejar a parte algo muy relevante para nuestros colaboradores.
- El compromiso de la gente es una decisión que hemos de ganarnos y las personas responden positivamente cuando sienten conexión con nosotros. A través de esas conexión, facilitaremos más su vinculación, productividad y sentido de pertenencia
- Cada persona se sentirá a gusto con un diferente tipo de relación. La observación de sus reacciones, junto con el sentido común y el respeto, marcarán también los límites de nuestra proximidad en lo personal. La clave estará en la naturalidad y en el interés genuino hacia la otra persona.
Si detrás da cada persona, hay una historia, detrás de cada colaborador debería de haber un líder entusiasmado por conocer esas historias. El liderazgo es, en parte, el arte de escuchar y entender la historia de nuestros colaboradores. Y esas historias, están tejidas por los aconteceres de sus dos mundos, personal y profesional. Si entendemos esto, tendremos media batalla ganada.
¿Qué tan cómodo te sientes en este momento?
Puede que estés leyendo esto mientras vas apretado en el transporte público rumbo a tu trabajo. Es posible que estés utilizando este artículo como «investigación» mientras tu proyecto de emprendimiento lo mantienes estancado, o tal vez podrías estar buscando un impulso rápido para estimularte a convertirte en una versión de éxito.
En tu viaje al éxito, hay momentos en los que te sentirás incómodo y mantenerte motivado es una de las partes más difíciles para lograr algo grande.
Para evitar que pierdas la motivación, te voy a compartir 4 consejos que te pueden ayudar durante tu camino al éxito:
1. A veces todo lo que necesitas es actuar rápido.
El rasgo más extraño de los seres humanos es cuán dispuestos estamos a estar insatisfechos con nuestras vidas. Tienes una idea increíble que te puede cambiar la vida … y luego piensas en 1000 razones diferentes por las que no deberías hacerlo. Ahora imagine una vida donde cada una de estas ideas asombrosas se convierta en realidad.
Mel Robbins autora del libro «La Regla de los 5 Segundos», menciona algo muy interesante: «Si tienes el instinto de actuar en una meta, debes moverte físicamente dentro de cinco segundos o tu cerebro lo matará «.
2. Necesitas bañarte más … en motivación.
Cuando trabajas para alcanzar un objetivo, es fácil quedar atrapado en la monotonía de llegar a esa meta. Comienzas a trabajar más duro, y más duro, y más duro, acercándote cada vez más a ese sueño … y antes de que te des cuenta, has perdido de vista cuál era tu objetivo en primer lugar.
Para que esto no te suceda debes bañarte
constantemente en motivación. Pero, ¿cómo? Con un pizarrón de visión.
Un pizarrón de visión es una colección de afirmaciones, fotos y citas que mantienes en un lugar siempre visible. Debes mirar este pizarrón todos los días para recordarte continuamente por qué está haciendo lo que estás haciendo.
3. Ponle ritmo a tu vida
Es claro que la música puede controlar tus emociones, todos tenemos esa canción que en la escuchamos no podemos evitar mover nuestro cuerpo. Es por eso que se incluye la música en las películas, para indicar a la audiencia qué emoción deberían sentir y agregar ese ritmo emocional.
El autor, productor de discos y neurocientífico Daniel Levitin ha escrito mucho sobre el tema, pero uno de los puntos más importantes es que la música adecuada te mantendrá motivado. Ya sea por lo que dicen las letras o su irresistible ritmo, es difícil precisar por qué, pero algunas canciones nos hacen sentir increíbles. Dedica algo de tiempo para compilar las canciones que te animan, y cuando necesites una dosis de motivación, dale play.
4. Dirigirte a ti como un experto.
Una de las verdades que hay que comprender sobre el mundo y sobre uno mismo es que depende de uno cambiar y moldear el mundo que nos rodea. Solo hay un problema: somos terribles conociéndonos a nosotros mismos y nuestras motivaciones.
Cuando despiertes y antes de irte a dormir, repite mentalmente o di en voz alta tus afirmaciones personales sobre los cambios que estás haciendo en tu vida.
Estas afirmaciones no se trata solo de decir «soy una persona feliz» o «soy rico». Las afirmaciones tienen que ir más allá. Necesitas tener un objetivo claramente medible y la fuerza impulsora detrás del por qué estás comprometido con el objetivo. Por ejemplo, «me comprometo a estar en mejor forma durante los próximos 12 meses, aumentando mis horas de ejercicio al doble, para estar más orgulloso de mi cuerpo».
También deberás incluir las acciones que te permitirán alcanzar ese objetivo. La siguiente parte de la afirmación puede ser: «Para garantizar que voy a hacer más ejercicio, veré una hora menos de TV al día y me despertaré 30 minutos antes».
Es momento de que pongas en práctica estos 4 puntos y empieces a motivarte.
Luis siempre fue uno de los jóvenes más inteligentes de su clase. Al parecer había tenido un gran desempeño en su carrera, pero cuando ve a algún conocido, nota que algunas personas que no tenían un gran desempeño como el, lo han superado o han logrado más en muchos aspectos. A veces Luis se pregunta: «¿Qué estoy haciendo mal?»
¿Te suena familiar? Es posible que te sientas identificado con Luis, o que tengas un conocido que lucha con sentimientos similares. La inteligencia es, sin duda, un gran activo, pero no lo es todo. Y a veces, cuando las personas dotadas intelectualmente no logran todo lo que quisieran, es porque se están saboteando sutilmente.
Puede que te encuentras en esta situación, pero, la buena noticia es que cuando comprendes estos puntos débiles puedes cambiarlos. Aquí hay cinco puntos con los cuales puedes empezar a trabajar:
1. Las personas inteligentes a veces devalúan otras habilidades y se concentran demasiado en el intelecto. Las personas muy inteligentes a veces creen que su éxito es inevitable debido a su intelecto, y no consideran que otras habilidades sean importantes. Por lo tanto, no invierten tiempo y esfuerzo en desarrollar estas habilidades.
Estos puntos de vista no salen de la nada. La mayoría de las personas tienen una tendencia natural a querer sacar provecho de sus fortalezas y, por el contrario, preferirían evitar pensar en áreas en las que no son naturalmente tan fuertes.
En la mayoría de los lugares de trabajo, se necesita más que inteligencia pura para salir adelante. Y el solo centrarse en tu mayor fortaleza, en lugar de abordar tus debilidades, tiende a ser un auto-sabotaje.
Solución: Usa tus fortalezas para superar tus debilidades. Si eres bueno aprendiendo, simplemente puedes aprender las habilidades que no son tan naturales para ti.
2. El trabajo en equipo puede ser frustrante para personas muy inteligentes. Cuando alguien capta conceptos rápidamente y tiene altos estándares para su propio desempeño, puede tener dificultades cuando trabaja con otras personas que tardan más en procesar la información y entender conceptos.
A las personas inteligentes a veces también les resulta difícil delegar debido a la sensación de que pueden hacer mejor una tarea (independientemente de si esto es realmente cierto). Esto es debido a que tienden a ser perfeccionistas.
Solución: Se compasivo con tus reacciones internas y trata de comprender de dónde vienen, pero también aprende a apreciar genuinamente lo que diversas mentes aportan a un equipo.
3. Las personas inteligentes a menudo atribuyen gran parte de su autoestima a ser inteligentes, lo que puede disminuir su resiliencia. Si gran parte de tu autoestima se basa en tu inteligencia, puede ser muy difícil estar en situaciones que revelen brechas en tu armadura. Cualquier situación que provoque sentirse no inteligente es experimentada como altamente amenazante. La persona inteligente puede incluso tratar de evitar esas situaciones, lo que finalmente frena a la persona.
Solución: Toma una visión objetiva de los beneficios de trabajar con personas que, en algunos aspectos, son más inteligentes que tú. Si te estás rodeando de gente inteligente, estás haciendo algo bien. Recuerda, el hierro afila el hierro.
4. Las personas inteligentes se aburren fácilmente. Ser inteligente no es exactamente lo mismo que ser curioso, pero si tienes estas dos cualidades, es posible que te aburras fácilmente. Algunos tipos de éxito provienen de la creatividad, pero otros vienen de convertirse en un experto en un ámbito y realizar un conjunto de comportamientos repetidamente. Si eres inteligente, curioso y te encanta aprender, es posible que descubras que pierdes el interés rápidamente en cualquier cosa una vez que lo hayas descubierto.
Solución: Intente tener una visión diferente para tolerar un poco más el aburrimiento. En lugar de intentar un cambio dramático, comenzar por tolerar períodos cortos (unos pocos minutos u horas) de aburrimiento podría tener un impacto muy beneficioso.
5. Las personas inteligentes a veces tienen un pensamiento profundo y reflexionan mucho en como dar solución a cada problema. Las personas brillantes están acostumbradas a tener éxito a través de sus habilidades de pensamiento, pero a veces pueden pasar por alto cuando un enfoque diferente sería más beneficioso.
Solución: Date cuenta cuando un pensamiento se convierte en una obsesión enfermiza. Considera otras estrategias que pueden tener más probabilidades de resultar exitosas. Amplía tu gama de habilidades para llegar a la información de manera que no seas la persona que ve cada problema como un clavo porque su única herramienta es un martillo. Finalmente, cuando te encuentres atorado en un pensamiento negativo, interrumpe todo y enfócate en algo distinto. Esta puede ser una estrategia sorprendentemente efectiva para salir del pensamiento negativo.
¿Con cuál de estos cinco patrones te identificas más? ¿Tienes algún conocido que parecen caer en estas trampas?
Hay ocasiones en las que tienes demasiadas cosas por hacer que incluso necesitas más tiempo del necesario para poder realizarlas. Has priorizado, has planeado, has delegado, has tratado de enfocarte. La próxima frontera es aumentar tu eficiencia para que te pueda tomar menos tiempo realizar tus tareas y sin bajar tu calidad.
Pero, exactamente qué estrategias funcionarán mejor para que la puedas emplear dependiendo de la situación.
Estas cinco estrategias pueden ahorrarte horas cada semana.
Aclarar las expectativas reales
Cuando asumas una tarea importante, habla con las partes interesadas sobre los resultados que esperan obtener. Al aclarar lo que realmente se necesita y a qué nivel, puedes ahorrar horas de tiempo en decidir qué hacer y cómo hacer las tareas.
Reutiliza material anterior
Tu capacidad para reducir el tiempo al reutilizar y reciclar el trabajo dependerá de tus responsabilidades particulares. Pero donde puedas, copia, pega, y edita. Eso podría ocurrir con correos electrónicos, presentaciones, capacitaciones, propuestas y casi cualquier otro tipo de actividad en la que estés comunicando algo muy similar.
Esta estrategia ha demostrado ser muy útil. Cuando te presionen para ganar tiempo, lucha contra la necesidad de actualizar o cambiar completamente los materiales, y usa algo que ya tienes para ahorrar horas y entregar el mejor contenido.
Desarrolla plantillas y emplea un checklist
Para acelerar los procesos en tu rutina, crea plantillas y checklist. Por ejemplo, crea una plantilla de correo electrónico que completes cada año para enviar a tu contador con información fiscal de fin de año. Y sobre una base mensual, revisa un checklist de tus finanzas.
Es posible que puedas crear plantillas para diversas actividades como informes semanales, presentaciones o minutas de reuniones. Tanto las plantillas como los checklist te permiten hacer un buen trabajo en menos tiempo porque no necesitas dedicar tiempo a recordar qué hacer o decidir el próximo paso.
Hazlo una conversación
Dependiendo de lo que necesites lograr, puedes ahorrar tiempo compartiendo verbalmente lo que has hecho. Por ejemplo, tal vez tu gerente te pidió investigar un tema en particular. En lugar de redactar una presentación formal, puedes lograr tus propósitos en menos tiempo al tomar notas y luego comentar tus conclusiones durante una reunión individual.
Esta estrategia también puede funcionar bien si necesitas comunicarte sobre conceptos más abstractos, como el diseño.
Utiliza la técnica Time Box
Finalmente, una estrategia para seguir haciendo un buen trabajo en menos tiempo es decidir de antemano cuánto tiempo dedicarás a una tarea particular o parte de una tarea, y luego cumplirla. El Time Box no garantiza que terminarás el trabajo en el tiempo asignado. Sin embargo, definitivamente puede ayudar con el enfoque. Y la decisión anticipada sobre la inversión de tiempo ayuda a la Ley de Parkinson, el trabajo se expande para completar el tiempo asignado para que funcione en tu beneficio.
Todos tenemos nuestros límites, así que no puedo prometer que todo se resolverá usando las estrategias anteriores. Pero cuando empleas estas técnicas, te aseguro que sí veras cambios positivos en tus tiempos.
«¿Cual es tu mayor debilidad?»
Una de las respuestas más comunes a esta pregunta en una entrevista de trabajo es: «Soy un perfeccionista». ¿Pero es el perfeccionismo una debilidad? ¿No lo verían muchos entrevistadores como una fortaleza?
Una investigación intensiva ha encontrado que la psicología del perfeccionismo es bastante compleja. Sí, los perfeccionistas se esfuerzan por producir un trabajo impecable, y también tienen mayores niveles de motivación y de conciencia que los no perfeccionistas. Sin embargo, también es más probable que establezcan estándares inflexibles y excesivamente altos, para evaluar su comportamiento de manera demasiado crítica, para tener una mentalidad de todo o nada sobre su desempeño («mi trabajo es perfecto o un fracaso total»), y creer que su autoestima depende de un desempeño perfecto. Los estudios también han encontrado que los perfeccionistas tienen niveles más altos de estrés, agotamiento y ansiedad.
Entonces, mientras que ciertos aspectos del perfeccionismo pueden ser beneficiosos en el lugar de trabajo, las tendencias perfeccionistas también pueden perjudicar claramente a los empleados en el trabajo. ¿Esto lo hace una debilidad?
Recorrimos cuatro décadas de estudio sobre el perfeccionismo para responder a una pregunta más básica: ¿Funcionan mejor los perfeccionistas en el trabajo? Llevamos a cabo un metanálisis de 95 estudios, realizado desde la década de 1980 hasta hoy, que examinó la relación entre el perfeccionismo y los factores que afectan la eficacia de los empleados.
Tras cuatro décadas de estudio sobre el perfeccionismo para responder a una pregunta más básica: ¿Funcionan mejor los perfeccionistas en el trabajo? Se llevó a cabo un metanálisis de 95 estudios, realizado desde la década de 1980 hasta hoy, que examinó la relación entre el perfeccionismo y los factores que afectan la eficacia de los empleados. Estos estudios incluyeron a casi 25,000 personas en edad de trabajar. Se descubrió que la respuesta corta es que el perfeccionismo es una debilidad mucho mayor de lo que probablemente suponen los solicitantes de empleo y los entrevistadores.
Los resultados afirman que el perfeccionismo predice de manera significativa y consistente varios resultados «beneficiosos» en el lugar de trabajo. Por ejemplo, los perfeccionistas están más motivados en el trabajo, trabajan más horas y pueden participar más en el trabajo.
Sin embargo, los resultados también indican que el perfeccionismo está relacionado de manera fuerte y sistemática con numerosos resultados «perjudiciales» y no laborales, que incluyen niveles más altos de agotamiento, estrés, adicción al trabajo, ansiedad y depresión.
Si bien estos efectos fueron consistentemente evidentes para los perfeccionistas en general, un examen más detenido arrojó importantes distinciones sobre cuándo estos efectos fueron más o menos extremos. La investigación ha identificado dos subdimensiones distintas pero relacionadas del perfeccionismo. El primero, que se llamó perfeccionismo en busca de excelencia, involucra tendencias para fijarse y exigir estándares excesivamente altos. Los perfeccionistas que buscan la excelencia no solo evalúan estrictamente su propio desempeño, sino que también tienen altas expectativas de desempeño para otras personas en sus vidas. El segundo, que se llamó perfeccionismo evitador de fallos, implica una preocupación obsesiva y la aversión a no alcanzar los estándares de alto rendimiento. Los perfeccionistas que evitan las fallas están constantemente preocupados de que su trabajo no sea lo suficientemente bueno o correcto y creen que perderán el respeto de los demás si no logran la perfección.
Los resultados demuestran que las tendencias de los perfeccionistas pueden centrarse en solo una o en ambas subdimensiones, y que este enfoque produce resultados ligeramente diferentes. Los efectos «benéficos» del perfeccionismo fueron más fuertes para aquellos con mayor perfeccionismo en busca de excelencia que aquellos que exhiben más tendencias perfeccionistas que evitan el fracaso. Por otro lado, los efectos «perjudiciales» del perfeccionismo fueron más fuertes para los que tenían mayor capacidad para evitar el perfeccionismo, pero por lo general todavía estaban presentes para las personas con un mayor perfeccionismo que buscaba la excelencia.
Críticamente, los resultados mostraron que el rendimiento y el perfeccionismo no estaban relacionados entre sí: los perfeccionistas no tienen mejor o peor desempeño que los no perfeccionistas. Incluso los empleados con un alto nivel de perfeccionamiento en busca de excelencia no tuvieron un mejor desempeño. Sin embargo, no se pudo identificar una razón específica por la ausencia de la relación. Es posible que los perfeccionistas pasen demasiado tiempo perfeccionando ciertos trabajos o proyectos mientras descuidan otras tareas o proyectos. Alternativamente, tal vez las ventajas obtenidas por las tendencias perfeccionistas de los empleados sean eliminadas por las consecuencias de esas mismas tendencias. La identificación de causas definitivas requerirá futuras investigaciones.
En conjunto, los resultados indican que el perfeccionismo probablemente no es constructivo en el trabajo. Se encontró una consistente relacion entre el perfeccionismo y las variables ampliamente consideradas como beneficiosas para los empleados y las organizaciones (es decir, la motivación y la conciencia). Sin embargo, críticamente, no se encontró un vínculo entre el perfeccionismo y el rendimiento. Esto, junto con los fuertes efectos del perfeccionismo sobre el agotamiento y el bienestar mental, sugiere que el perfeccionismo tiene un efecto perjudicial general para los empleados y las organizaciones. En otras palabras, si se espera que el perfeccionismo afecte el desempeño de los empleados al aumentar el compromiso y la motivación, entonces ese impacto está siendo compensado por fuerzas opuestas, como mayor depresión y ansiedad, que tienen consecuencias graves más allá del lugar de trabajo.
Esto no quiere decir que los gerentes deban desestimar a los candidatos o empleados con altas tendencias perfeccionistas. Más bien, los gerentes deben buscar aprovechar los beneficios y al mismo tiempo reconocer y mitigar las posibles consecuencias.
Tomar medidas para administrar mejor a los perfeccionistas se convertirá en una mayor prioridad de gestión. Un estudio de casi 42,000 jóvenes en todo el mundo encontró que el perfeccionismo ha aumentado en los últimos 27 años. Tratar de ser perfecto no es excesivamente beneficioso para los empleados y tiene costos significativos para los empleados y las organizaciones.
¿Quieres saber como ser un gran líder durante esta temporada de fiestas? Concéntrate en estos puntos
Tus empleados han trabajado duro todo el año y han demostrado una excelente ética de trabajo. Ahora, la temporada de vacaciones está aquí: los villancicos suenan en las tiendas, las luces navideñas cuelgan de las casas y en todos lados se están llevando a cabo las posadas.
La temporada de vacaciones no significa que el trabajo haya terminado. El éxito depende de la determinación, el enfoque y la profesionalidad de tus empleados durante la temporada de fiestas.
Aquí te comparto algunos puntos que te ayudaran concentrarte en la felicidad de los empleados y en el logro de los objetivos.
1. No te estreses , o tus empleados lo notarán y también lo harán.
Esta época del año agrega estrés y tensión debido a la naturaleza exigente de las operaciones y la demanda de los clientes, pero también debido a limitaciones de tiempo. Sea realista y entiende lo que tu equipo puede y no puede hacer, y ayúdales a enfocarse en las prioridades clave y evitar distracciones. Mantente cerca de tus empleados y ayúdales a navegar por los problemas a medida que ocurren.
2. Establece un horario bien definido alrededor de los días a descansar.
Navidad, Año Nuevo: vienen muchos días fuera de la oficina, lo que significa muchos días en que la productividad puede deteriorarse. Si bien es posible que no logres tanta productividad como en otras épocas del año, aún puedes planificar. Muchos líderes tienden a desalentar el uso de PTO (Tiempo libre pagado por sus siglas en ingles) durante este tiempo debido a la cantidad limitada de tiempo ya disponible, siempre informa a tus empleados con suficiente antelación.
3. No dejes que el estrés te convierta en un grinch.
Los líderes exitosos tienen una fuerte inteligencia emocional y deberían ser capaces de medir su propio comportamiento hacia el equipo. Si el estrés de la temporada navideña te está volviendo hostil sin saberlo, retrocede un paso, ordena tus pensamientos y comprende el impacto potencial de tus acciones.
4. Elogia los logros.
Es muy importante ser positivo y motivador para tus empleados. Mantén mensajes simples, cortos y positivos. Como un gran entrenador deportivo, anima a tu equipo y hazles saber que crees que pueden lograr mucho. Reúne los aspectos positivos y dales elogios públicos por el gran logro realizado durante todo el año. Puedes encontrar muchas oportunidades para comunicar estos mensajes: en las reuniones del equipo, al final de un turno especialmente estresante y, por supuesto, en la comida de fin de año.
5. Devuelve.
Las empresas deben retribuir a su comunidad y hacer una diferencia. No importa que tan grande sea la empresa, los líderes deben crear un espacio en su apretada agenda y participar junto a sus empleados. Esto mejora el compañerismo, la comunicación y te acerca mucho más a tu gente.
6. Predica con el ejemplo.
Si bien tienen buenas intenciones, muchos empleados se pierden en la exageración y la presión de las fiestas y comienzan a aflojar su trabajo. Los líderes pueden ayudar a detener esto simplemente modelando el comportamiento correcto. Mantén tu alto nivel de ética de trabajo y tus empleados la seguirán.
7. No te olvides de los bonos.
Y, por supuesto, cuando sea apropiado y posible, es genial brindar alguna consideración adicional a los empleados al final del año. Es más sobre el gesto y el pensamiento que sobre la cantidad.
El liderazgo exitoso de tu equipo durante esta temporada es fundamental para lograr tus objetivos. Estas siete estrategias te ayudarán no solo a brindar una excelente experiencia de trabajo de fin de año a tus empleados, sino que también aumentarán la probabilidad de tener un desempeño exitoso el próximo año.